En esta ocasión, queremos ayudar a los padres de familia a aclarar qué es la tartamudez o disfemia, dando algunas pautas que deben saber para que puedan superarlo.
La tartamudez o disfemia es un trastorno del habla que causa interrupciones cuando la persona quiere comunicarse. Estas interrupciones aparecen en la producción de los sonidos del habla, también denominadas «disritmias» o «disfluencias.» Por lo general, todos producimos breves disritmias de vez en cuando, siendo algo completamente normal. Por ejemplo: al hablar muy rápido o al tratar de explicar algún tema, se suelen repetir o “arrastrar” algunas palabras, lo cual también es conocido como muletillas. Las disritmias no representan necesariamente un problema; sin embargo, si se producen demasiadas pueden dificultar la capacidad de comunicación.
En la infancia, este trastorno del habla se suele presentar en la población entre los 3 y 6 años en un elevado porcentaje, ya que es cuando se está aprendiendo las habilidades del habla y del lenguaje. Si no se trata de la forma correcta, en algunos casos se puede prolongar toda la vida. Es decir, se presentará como una forma de hablar interrumpida por una serie de alteraciones como: repeticiones de sonidos, palabras o frases, prolongación de sonidos, bloqueos o pausas inadecuadas mientras se habla. Aparecen de manera involuntaria y con una frecuencia inusual. Del mismo modo, también pueden observarse ciertos movimientos en alguna parte del cuerpo mientras la persona se esfuerza para comunicarse, asociados a las dificultades que presenta en la fluidez del habla.
Aún se desconoce la causa exacta por la que se desarrolla este trastorno, pero existen múltiples factores que pueden predisponer y desencadenar que una persona sea tartamuda, ya sean disfunciones orgánico-cerebrales, factores psicológicos, causas por predisposición genética, etc.
Tanto niños como adultos con disritmias pueden reaccionar con introversión y cierto aislamiento, evitando el tener que hablar, por lo que es necesario abordarlos específicamente en terapia. Solicitar la ayuda de un logopeda, al detectar las primeras apariciones de las disritmias que pueden producirse en el habla, es fundamental para evitar que se sigan desarrollando. Es cierto que las disfluencias pueden desaparecer de forma espontánea, pero esto no es en todos los casos y lo más recomendable es actuar rápido y buscar atención logopédica lo antes posible, la cual no debe ser interrumpida bruscamente, siendo necesario realizar seguimientos periódicos de la evolución y actuar en posibles recaídas.
A continuación, te dejaremos algunas pautas que pueden servirte de guía en el caso de que tu pequeño/a o algún familiar tenga este trastorno del habla:
- ¿Qué debes evitar?
- Interrumpirlo/a mientras está hablando.
- Terminar la frase por él/ella.
- Decirle que respire profundo y que esté tranquilo/a para volver a hablar.
- Presionarlo/a para hablar más rápido.
- ¿Cómo puede ayudar la familia desde casa?
- Transmitir tranquilidad y calma.
- Buscar temas atractivos para iniciar un diálogo.
- Atender y seguir los temas que sugiere él/la pequeño/a.
- Leer de forma relajada y lenta algún cuento o libro favorito junto a él/ella.
- Repetir frases de sus películas o caricaturas favoritas.
- Favorecer la seguridad en sí mismo/a, valorando diferentes aspectos de su forma de ser.
- Jugar o realizar actividades que involucren el uso de palabras o capacidad de manejo de lenguaje.
- Aspectos que pueden generar estrés e inseguridad en las personas con disritmias en el habla:
- Exigencias hacia su conducta.
- Ambientes ruidosos y con sobreactividad.
- Alzar la voz o regañar por hablar de forma interrumpida.
- Comentarios negativos con respecto a su forma de ser y/o expresarse.
Es importante conocer esta condición y la manera en que podemos ayudar para evitar que este trastorno del habla siga presente en la vida de nuestros pequeños y cause inconvenientes en el crecimiento personal y profesional. Debemos estar siempre al tanto de cómo se sienten y que tengan la confianza de hablar sobre sus pensamientos y sentimientos.