La resiliencia es la capacidad de superar cada momento difícil, obteniendo algo positivo. La finalidad es poder afrontar cualquier adversidad y salir fuerte de dicha situación, pero el problema es que muchas personas a menudo lo entienden de forma equivocada. Es decir, la resiliencia podría significar erróneamente la recuperación, volver a la normalidad o simplemente sobrellevar las situaciones difíciles sin nada aprendido. Una clave para entender la resiliencia es la adaptación o la habilidad de adaptarse de forma positiva a situaciones adversas y reconocer el cambio o la transformación de dichas situaciones, saliendo mucho más fortalecido. Por ende, es muy necesario que nuestros pequeños desarrollen resiliencia desde ahora.
Cuando nuestros niños atraviesan un contratiempo o momentos difíciles en su vida, nosotros como padres esperamos que puedan llegar a ser resilientes, logrando su pronta recuperación. Detectar la resiliencia en tus hijos puede ser algo difícil si solo tienes presente una medida concreta, como lo son sus calificaciones. Una señal de que tus hijos están aplicando resiliencia, es cuando se fijan nuevas metas en distintas áreas con ganas de aprender cosas nuevas y no tengan miedo de pedir ayuda con los problemas o inconvenientes que surjan.
La resiliencia es una capacidad que se puede enseñar tanto en casa como en la escuela. Existen algunas formas de ayudar a nuestros pequeños a afrontar la adversidad y desarrollar resiliencia:
- Reconoce sus sentimientos: Mientras tu pequeño tenga que lidiar con momentos difíciles, necesitará de tu ayuda para reconocer y hablar de sus sentimientos, incluso los negativos. Decirles a los niños que no deberían llorar, sentirse mal o que no es tan malo como parece, no los hará más fuertes, ni favorecerá sobrellevar el momento. La autoconciencia es parte importante de la resiliencia, ya que esto les permitirá identificar lo que sienten en el futuro y afrontar la situación de una mejor manera.
- Habla de sus fortalezas: Puedes señalarles y destacar algunas de las fortalezas que notas en tus hijos y cómo han podido ayudarlos en situaciones difíciles. Ellos también podrán identificar otras por sí solos a medida que van creciendo.
- Ofréceles apoyo, pero evitar intervenir: Los niños que son resilientes siempre buscan soluciones e intentarán una vez más. Puedes propiciar ese comportamiento y ayudarlo sin participar, para que puedan encontrar ellos mismos la solución. Si evitan los desafíos, no desarrollarán resiliencia en ningún momento de su vida.
- Toma en cuenta las lecciones aprendidas: Hablen de lo que les resultó difícil y cómo intentaron manejarlo. Puedes ayudarlos a encontrar su motivación y aprovechar lo que ya han vivido para mejorar en una próxima ocasión. La resiliencia es algo que se va desarrollando en diferentes momentos y etapas, por ende, es fundamental tener presente todo lo que se ha aprendido anteriormente.
- Anímalos a pedir ayuda: Los pequeños deben saber que pedir ayuda es normal, y que no los hace menos ni débiles, más bien, es una fortaleza. Resalta que pedir ayuda es de valientes y que dejarnos ayudar e incluso brindarla es algo satisfactorio.
- Ayúdalos a ver que todo puede mejorar: Tener en cuenta que no siempre estaremos en la misma situación, es fundamental en la resiliencia y esta forma de pensar se puede enseñar con diferentes actividades en casa y escuela. El propósito es hacerles saber que no están solos y que todo va a pasar. La paciencia juega un papel esencial, por lo que con las actividades y dinámicas que hagan en familia, tus pequeños podrán ser cada vez más pacientes.
Un dato importante sobre la resiliencia, es que no se la adquiere en una sola ocasión, sino que es algo que se desarrolla o evoluciona a través del tiempo y en diferentes momentos que la persona experimenta a lo largo de su vida, ayudando a tener otra mirada sobre la realidad.