Quienes son padres, saben perfectamente que es preocupante cuando los hijos creen que van a conseguir todo sin esforzarse lo más mínimo. Es muy importante que los niños adquieran el valor del esfuerzo para lograr lo que se propongan. Es por eso que deben tener una motivación detrás.
Cuando los niños comienzan a hacer sus tareas y a estudiar, tiene que existir una motivación. Esta puede ser la de aprobar la materia, un reconocimiento, obtener un premio, etc. Es indispensable felicitar y elogiar a los pequeños cuando cumplen con su meta, para poder mejorar su confianza y autoestima. Esto los ayudará cuando tengan que seguir realizando otras actividades y proyectos. A medida que van creciendo, aprenderán que es necesario esforzarse para cualquier tarea de su vida cotidiana y, sobre todo, a seguir intentando cuando las cosas salen mal o no es como esperaban. Deben saber que la persistencia es clave para obtener éxito.
Cuando felicitamos a los niños por haber hecho algo bien, debemos ser detallistas y explicar que cosa podrían mejorar, sin desmeritar lo que han conseguido. Esto será un impulso para que vuelvan a esforzarse en otra ocasión.
Otro punto a tener en cuenta, es que no debemos agobiar a los niños para que realicen sus tareas. Si se sienten presionados, tendrán temor y no querrán hacer de nuevo la actividad. Si ves que se les presenta alguna dificultad, puedes explicarles con calma lo que tienen que realizar. Es cuestión de tiempo para que comiencen a desarrollar todas sus actividades sin ayuda. Intenta que disfruten el momento para que puedan apasionarse con lo que hagan, por muy sencillo que sea. La paciencia es fundamental, tanto para los padres como para los hijos. Es recomendable no exigirles que comiencen o terminen pronto, porque esto los bloquea y no sabrán como continuar. El esfuerzo de los niños va a depender mucho de cómo les pides y les enseñas a cómo hacer alguna tarea. Dales ideas o alternativas para que puedan empezar, pero evita regañarlo y darle órdenes porque será perjudicial en su desarrollo.
Recuerda que tú eres su más grande ejemplo, por ende, evita quejarte del trabajo o de las labores del hogar, porque crecerá pensando que todo se debe hacer por obligación. Intenta que tus hijos te vean disfrutar de lo que haces para que puedan entender que se obtendrá recompensas después de realizar algo con esfuerzo y, sobre todo, que realmente te gusta. Es indispensable que desarrollen sus capacidades en un ambiente motivador y seguro.
Los niños pueden recibir pequeñas tareas o responsabilidades según su edad, así aprenderán a ser cada vez más independientes. A continuación, te contaremos diferentes ejemplos para que puedas tener referencias y aplicarlos:
- Un gran ejemplo es el de aprender a vestirse solos a medida que van creciendo. Por lo general, a los 5 años ya puedes intentar no ayudarles a cambiarles de ropa hasta que realmente necesiten tu ayuda.
- Es fundamental no sobreprotegerlos y permitir que ellos aprendan a equivocarse. Intenta que hagan solos sus tareas y que resuelvan diferentes situaciones, ya sea el de elegir qué jugar, guardar todos sus juguetes en un solo lugar, encontrar alguna figura o pieza perdida, etc. Ayúdales cuando realmente lo necesiten. A medida que crecen, deberán tomar decisiones en su vida diaria, por lo que tienen que saber que los papás no estarán siempre cerca de ellos.
- Comprometerlos con el cuidado del medio ambiente desde pequeños, es una gran idea. La actividad de reciclar y reutilizar las cosas es tarea de todos para ayudar a reducir la contaminación y es algo que va a influir a lo largo de su vida.
- Hacerles saber que sin salud no podremos cumplir con nuestros objetivos o llevar a cabo lo que más nos gusta, también es de mucha ayuda. Fomentar el deporte desde temprana edad juega un papel importante, ya que crear una rutina de ejercicios funciona como medio de diversión y evita el desarrollo temprano de enfermedades. Pero para llevar un estilo de vida saludable, se necesita esfuerzo y disciplina diaria.
- El gesto de compartir con sus hermanos y compañeros es algo que también deben aprender desde pequeños. Esto servirá como ejemplo para otros niños y así motivarlos a compartir algo que otra persona necesita.
- Otro punto esencial, es el de aprender a terminar sus tareas y no dejarlos a medias. Sobre todo, que empiecen en un horario ya establecido por ellos mismos y los padres. Esto es para evitar hacerlas con prisa y no tengan como opción terminarlos en clase. Este punto es clave para disminuir la procrastinación en su futuro.
Con un poco de esfuerzo en cada una de sus actividades, podrán observar que esa actitud es un pilar relevante para alcanzar sus objetivos y disfrutar de todos sus logros. Los padres son los encargados de guiarlos en todo este camino para conocer la importancia de la motivación y así cumplir con los objetivos que tengan en mente, aplicando el esfuerzo.