Muchas veces para evitar que los niños sientan dolor, preferimos no decirles ciertas cosas y mantenerlas en secreto por un tiempo o hasta considerar que tengan una edad en la que puedan analizar la situación, pero ¿sabías que esto puede desencadenar ciertos problemas en su futuro? A continuacón explicaremos las razones del porqué no es bueno ocultarle las cosas a los niños “para no hacerlos sentir mal’’.
Cuando ocurre alguna eventualidad dentro o fuera del nucleo familiar, como por ejemplo la muerte de un familiar, mascota, artista favorito e incluso algo en donde el niño pueda sentirse vulnerable, una de las muchas preocupaciones de los adultos es si deben o no decírselo a los niños. ¿Cómo lo van a tomar? ¿Les causará algún trauma? ¿Tendrán la capacidad de entender? Son algunas de las preguntas que toda madre o padre de familia puede plantearse.
Al enfrentarnos a una realidad dolorosa, se añade el de ver sufrir a los niños, el de buscar las palabras menos duras para explicarles o bien el disimular para que no sientan preocupación o temor de lo que ha ocurrido.
Es importante no ocultarle las cosas a los niños por miedo a cómo ellos podrían reaccionar. Los niños tomarán de tus palabras lo que puedan procesar y lo que no entiendan lo pasarán por alto casi el mismo momento.
Los niños siempre pueden lidiar con la verdad, por muy dolorosa que sea y esto es algo que siempre debemos tomar en cuenta porque al mantener un secreto, podría afectarles mucho más al enterararse después.
¿Y por qué les afectaría tanto? Porque el pensamiento infantil es un poco egocéntrico, es decir, los niños creen que lo que ellos piensan puede suceder o que por su culpa ocurren ciertas cosas y si nadie les aclara lo contrario, se generará un gran miedo, culpabilidad e incluso desconfianza hacia ellos mismos y con versiones equivocadas de las cosas.
Para explicarle una situación difícil a tu pequeño, ten en cuenta los siguientes puntos:
- Busca palabras sencillas: no se trata de dar toda una historia clínica, ni de entrar en detalles dolorosos. Simplemente cuéntale al niño lo que ocurrió de manera simple y clara.
- Busca un momento de tranquilidad: la manera en cómo le comuniques tiene mucho que ver en la forma como lo tomen. Al ponernos nerviosos o muy tristes se alarmarán más.
Los niños necesitan ejemplos para saber expresar sus sentimientos y es por eso sus padres son a quien imitan o toman de referencia. Si la mamá llora y no puede lidiar con la situación, el niño tampoco sabrá como hacerlo. De igual manera, si se muestra indiferente para no demostrar a la familia su pena, los pequeños pueden pensar que a ella no le importa lo que está ocrriendo.
En ciertas familias, suelen crear ciertas reglas para que se eviten tocar temas dolorosos. En el caso de existir reglas en tú casa sobre la demostración de preocupación y dolor, debes analizarlas.
- No des información de más: así como la explicación debe ser lo mas sencilla posible, la información debe ser analizada antes de hablar con ellos y responder de acuerdo a las inquietudes o dudas que vayan surgiendo. No expliques lo que no te han preguntado, solo tienes que esperar a que ellos puedan procesar la información que reciben para luego seguir preguntando.
- Aclara que no les pasa a todos: los niños piensan que, si un familiar enfermó gravemente e incluso llega morir, entonces los padres o hermanos pasarán por lo mismo. Al aclarar este tema, pueden crear ciertas dudas o inquietudes. Lo importante es que no tengas miedo a hablar con ellos y decir la verdad.
- Enséñale a ver lo que hay alrededor: los niños tienen recursos maravillosos para sobrellevar las malas noticas, uno de ellos es su creatividad. Estos recursos les permiten ver la parte positiva de la vida y con mayor razón la verán si su familia los apoya. Esta capacidad de soportar la adversidad les permite atesorar recuerdos positivos de algún momento, familiar, amigos o mascota.
Los niños ven al mundo de una manera diferente a como lo vemos los adultos. Pero podemos transmitirles lo que sentimos y observamos con una actitud serena y madura, con una postura sincera y directa que les dé la seguridad de que tengan dudas se les responderá y no tienen que usar el recurso de la imaginación o sacar sus propias conclusiones porque siempre tendrán acceso a la versión real por dura que esta sea.
La sensibilidad e inocencia de un niño le permite adivinar cuando las cosas no están bien y por eso es importante enseñarles a sobrellevar sucesos buenos y malos porque de todos modos los perciben.
Muchas veces la sobre protección los hace muy temerosos, haciéndolos pensar que siempre necesitarán ayuda para salir adelante. Es por eso que no debemos subestimar a los niños, ya que son mucho más fuertes de lo que creemos y esta fortaleza seguirá creciendo con ellos. Es preferible hablar con ellos de una manera sutil, sin asustarlos o herirlos.