La ansiedad es una emoción normal que todos en algún momento hemos experimentado. Se presenta como una respuesta a situaciones que nos resultan sorpresivas, nuevas o amenazantes. Un trastorno de ansiedad, tiene como síntoma central una preocupación y miedos muy intensos, desproporcionada, persistente y que afecta en gran medida nuestro día a día, a tal grado de llegar a incapacitarnos para poder estudiar, trabajar, convivir con la familia o amigos. Desafortunadamente y a pesar de ser algo prácticamente común en la población general, pasa sin ser identificada y mucho menos tratada.
La infancia es una etapa de la vida en la que también se presentan trastornos de ansiedad, y si estos son detectados y tratados a tiempo, el riesgo de su persistencia en la edad adulta, puede disminuir notablemente. Es por eso que queremos ayudar a los padres de familia a identificar ciertas señales que mencionaremos, para lograr una detección temprana de este trastorno en los niños.
Hay que tener en cuenta que debido a los tiempos difíciles que nos ha tocado vivir en los últimos meses, muchos niños pueden llegar a tener reacciones inesperadas y desproporcionadas respecto del desarrollo normal de experiencias. Hoy en día se preocupan en exceso por actividades cotidianas y esto sucede con mayor frecuencia en los años previos a la pubertad. La ansiedad crónica puede ocasionar problemas graves en la salud mental, interfiriendo con la capacidad de enfocarse y de aprender; esto a su vez trae dificultades en la escuela, produciendo a su vez malestares físicos, como dolores de cabeza, problemas digestivos y enfermedades del corazón, en un futuro.
Aquí te dejamos algunas de las señales, con las que puedes guiarte para descartar o estar seguro de que tus hijos sufren de ansiedad:
Señales físicas:
- A menudo se queja de dolores de estómago o de cabeza.
- Se niega a comer fuera de casa.
- No usa baños a menos que sea el de la casa.
- Es incansable, inquieto, hiperactivo o distraído (incluso sin tener TDAH).
- Empieza a temblar o a sudar en diferentes situaciones.
- Suele morderse las uñas.
- Constantemente tensa los músculos.
- Tiene dificultad para conciliar el sueño o permanecer dormido.
Señales emocionales:
- Llora mucho.
- Es muy sensible.
- Se irrita o se enoja sin ningún motivo claro.
- Teme cometer errores, incluso pequeños.
- Tiene ataques de pánico (o teme tenerlos).
- Se preocupa de cosas que ocurrirán en un futuro, como por ejemplo el regreso a clases cuando recién salen de vacaciones.
- Se preocupa o siente temor cuando lo dejan en algún lugar.
Señales conductuales:
- Pregunta constantemente “¿y si…?” (“¿Y si papá me reta por querer jugar en mi habitación?”).
- Evita participar en actividades de la escuela.
- Permanece en silencio o preocupado.
- En la escuela prefiere quedarse solo durante el recreo.
- Evita situaciones sociales con otros niños, como fiestas de cumpleaños o actividades extracurriculares.
- Tiene berrinches o crisis.
- Constantemente busca la aprobación de sus padres, cuidadores, maestros y amigos.
Con estas señales podemos darnos cuenta si nuestros pequeños padecen de un trastorno de ansiedad. Además, podemos buscar ayuda profesional para que tratemos a tiempo esta situación y evitar que se complique a futuro.