Primero queremos empezar aclarando que existe una enorme diferencia entre hacer y ayudar. Pese a esto, muchos padres creen que están ayudando al hacer las tareas de sus hijos y otros piensan que está mal darles una mano en sus deberes, porque esto les evita aprender. Lo cierto es que estos dos extremos no están bien. Como padres, nuestra tarea es supervisar y apoyarlos en lo que sea posible. Sobre todo, que no se sientan solos en esta etapa de su crecimiento.
La motivación es indispensable para que puedan realizar sus tareas siempre a la misma hora y sitio. Es aquí en donde podemos ayudarlos a comenzar y a organizar la tarea con el objetivo de que ellos la continúen para luego supervisarla conjuntamente, favoreciendo la autocorrección. Es por eso que se insiste en que el papel del adulto debe limitarse a guiar y asesorar al pequeño con el objetivo de que aprenda a hacer su tarea, fomentando la autonomía y así mejorar el rendimiento escolar.
No existe una edad mínima ni máxima indicada para empezar a brindarles ayudar o dejar de hacerlo, pero desde el primer día de escuela, la familia debe interesarse por lo que hacen y acompañarlos a lo largo de toda su etapa escolar o colegial, no solo en la etapa del nivel Inicial y del nivel de la Educación General Básica, sino también en el Bachillerato.
Cuando están en sus primeros años de escolaridad, es esta la etapa ideal para establecer un buen hábito de estudio. Ten presente que el rincón más acorde para que los niños hagan sus deberes tiene que ser tranquilo, sin distracciones, contar con buena iluminación y con los materiales necesarios para poder desarrollar bien las tareas (laptop, acceso a internet, lápices, colores, etc.) y que sea un espacio cómodo. Recordemos que, para ayudarlos a obtener más autonomía, el mejor lugar es su habitación.
Con respecto al momento en el que hay que realizar los deberes, el indicado es cuando el niño o niña no esté cansado, y para que los padres ayuden de forma correcta a sus hijos con las tareas escolares, se recomienda:
- No dedicar toda la tarde a estudiar. Deben tener periodos de descanso y tiempo para jugar.
- Utilizar relojes o planificadores para controlar el tiempo.
- No sentarse al lado del niño, sino sólo acudir cuando lo necesite.
- Crear un ambiente tranquilo y sin ruidos.
Adicional a lo explicado anteriormente, debemos: evitar limitar su creatividad, la cual les ayudará en su capacidad de decisión; dejar que se equivoquen porque así tendrán la oportunidad de recibir o pedir explicaciones, entender la tarea, corregir el error y, finalmente, aprender; facilitarles oportunidades de aprendizaje más allá del Jardín/escuela/colegio; propiciar el estudio en compañía porque estimula el trabajo en equipo.
Los niños con dificultades específicas de aprendizaje se suelen sentir inseguros con respecto a las tareas escolares, y para ellos, enfrentarse a deberes diarios y a exámenes es un gran reto. En estos casos, se recomienda empezar por tareas sencillas, que pueden realizar con total autonomía y que les otorgarán seguridad, para luego ir realizando poco a poco las de mayor dificultad hasta que tengan confianza y no necesiten de ayuda.
Para finalizar, solo queremos que tengas presente que hacer los deberes no permitirá que tu pequeño aprenda de forma correcta y generará una dependencia que, a largo plazo, podrá afectar en gran medida su toma de decisiones y resolución de problemas. Las tareas simplemente los prepara para aprender cosas nuevas, siendo un refuerzo de lo que han aprendido en clases, ayudando a profundizar las ideas presentadas y sobre todo a practicar habilidades. Además, existen maneras constructivas de aliviar el dolor de cabeza que tienen los niños con sus deberes. Como ya lo dijimos anteriormente, el espacio en donde las realizará debe estar libre de distracciones. También es necesario contar con un planificador de tareas para que organice y administre su tiempo. Otra manera de ayudar es optar por el sistema de ‘control’ de 3 puntos, que consiste en: la revisión al comienzo, revisión de avance y la revisión al final, que es en donde nos vamos a cerciorar de que haya terminado con toda su tarea, observando que los posibles errores ya hayan sido corregidos.
Tomando en cuenta todos estos consejos, estamos seguros de que tus hijos tendrán el hábito de hacer sus tareas por sí solos, sin depender tanto de ti o de otras personas.