Sabemos que los profesores son esenciales en el aprendizaje de nuestros hijos, pero los padres de familia tienen una responsabilidad muy importante durante cada una de las etapas de educación. No solo se trata de inscribirlos en el colegio y decirles que hagan su tarea, sino que cada mamá y papá deben motivar a los hijos a crear buenos hábitos de estudio y mantener sus responsabilidades como alumno, con el único objetivo de que puedan aprender correctamente y alcanzar cada una de sus metas.
Motivar es una palabra que engloba algo importante, en donde tenemos que guiar y dar las razones para lograr que existan las ganas de salir adelante. Cada vez que algún alumno se sienta decaído y no rinda en sus estudios, los padres de familia son quienes deben de hablar con él o ella para encontrar alguna solución al problema y apoyarlo en todo momento. Además, es en casa en donde se aprenden los primeros valores esenciales para convertirnos en buenos ciudadanos. Mientras más involucrados estén los papás y mamás en la educación de sus hijos, es mucho más probable que los niños tengan ganas de aprender y obtener éxito en sus estudios y en la vida.
Hacer las tareas por los hijos no convierte a nadie en buen padre o madre. Ese título se lo obtiene sentándose junto a ellos un momento para guiarlos y motivarlos cuando sea necesario. Al existir apoyo y cariño de por medio, se les hará mucho más fácil poder contar sus problemas o lo que se les dificulta dentro y fuera del colegio.
Involucrarse en la vida estudiantil de los hijos es un gran paso para crear un vínculo importante en ambas partes. Es necesario conocer las materias que les gustan o no sean de su agrado y sobre todo cuál es el motivo. Otra manera de crear un gran vínculo con ellos, es través de las actividades que deban realizar los alumnos dentro del plantel o desde casa, ya sean juegos, ver películas, leer, hacer proyectos escolares, etc. El apoyo que se brinda a los hijos, se puede ver reflejado en su actitud frente a diferentes situaciones. También se debe tener presente que exigir excelentes calificaciones, es presionar a nuestros hijos a que siempre busquen la manera de destacar en sus estudios sin fallar o cometer errores. Es preferible que se equivoquen en el proceso, para lograr que haya un aprendizaje real y duradero. Es por eso que un profesor y el padre de familia son un equipo para que el estudiante pueda ser capaz de crear sus propias metas y alcanzarlas.