Que los niños tengan rutinas y hábitos en su vida les traerá muchos beneficios como: enfocarse en lo que realmente es importante, seguridad en sí mismos, percepción del tiempo y aprender a controlarlo. Es por ello que ofrecemos algunos pasos prácticos con actividades diarias para que ayuden a los más pequeños de la casa, a crearlos.
Primer paso: La hora de comer
La hora de comer, siendo una de las necesidades primarias para el ser humano, es un paso clave. Debe existir un horario especifico y adecuado en la mañana, tarde y noche para que los niños puedan tener un buen hábito. Los padres deben ayudarlos a que cumplan con los horarios establecidos para desayunar, almorzar y cenar, ya que con ello manejarán mejor los tiempos desde temprana edad.
Además, debemos evitar incluir comidas dañinas o con exceso de azúcar y sal ya que esto causará adicción en los niños y preferirán comerlos siempre, lo que puede desencadenar problemas de salud, concentración, comportamiento, etc.
Pero, el hecho de evitar que coman cosas dañinas, no significa que nunca podrán hacerlo, siempre y cuando sea el momento oportuno, como luego de haber cumplido con cierta tarea o en una matiné. Lo mejor es hacer que su plato de comida, no se vea aburrido y optar por preparar alimentos saludables y creativos.
Segundo paso: La ducha
Ducharse es indispensable para que los niños tengan un momento de relajación y comprensión de ciertos aspectos. Luego de bañarse puede significar que es hora de salir, realizar ciertas tareas en casa o dormir. A partir de los seis años, ellos deberán bañarse sin ayuda y esto abrirá paso a su privacidad.
Sin embargo, debe existir control como el tiempo que podrá permanecer en el baño y cerciorarse de que se haya aseado de manera correcta. Así mismo, para que no exista inconvenientes con la hora del baño, se puede colocar como ambiente propicio, sus canciones favoritas o dejar que sus juguetes preferidos los acompañen.
Tercer paso: La siesta
Tomar un descanso o siesta, ayudará a que ellos eviten momentos de estrés y lograr que puedan concentrase en sus respectivas tareas. Es recomendable que se asigne una hora especifica en el día, evitando que ésta sea a partir de las 18h00, ya que podría ocasionar que el niño trasnoche y perjudicar sus horas de sueño.
La siesta, ayuda a recuperar energía física, disminuir la hiperactividad y ansiedad. Al no optar por ella desde la infancia, ocasionará que el carácter se vea afectado. Además, otras investigaciones señalan que la siesta favorece el aprendizaje abstracto de los niños, lo cual ayuda a la comprensión lingüística, como la capacidad de reconocer nuevas palabras y estructuras de mayor complejidad.
La siesta no necesariamente tiene que ser para dormir, puede ser un momento para relajarse, más aún, si tienen un rincón acondicionado para leer u observar algún cuento o revista.
Cuarto paso: Hábitos de limpieza
La infancia es la etapa indicada para que puedan adquirir buenos hábitos de higiene que lo serán para toda su vida. Por ejemplo, existen personas que solo se cepillan los dientes una vez al día cuando lo correcto serían tres; o que luego de ir al baño, no se laven las manos. Para ello, es de vital importancia guiarlos y enseñarles desde temprana edad lo fundamental que es la higiene. Por ende, al no habituarse correctamente al aseo personal, podrá traer complicaciones con su salud.
Recuerda que el hábito es toda conducta que se repite con regularidad y así formaremos bien a nuestros hijos.
Quinto paso: Tareas escolares y de casa
Las tareas escolares y de casa, son indispensables para desarrollar compromiso y responsabilidad. Además, dependiendo de la tarea, ellos obtendrán distintas habilidades en su etapa de crecimiento. Los padres, deben hacer de este paso muy ameno para que ellos no lo sientan como solo una obligación. Se puede optar por premios al finalizar cada tarea o realizar su actividad favorita luego.
Con esto, el niño entenderá y se familiarizará que al final, siempre habrá un reconocimiento. Deje que ellos hagan sus tareas escolares, recoja sus juguetes y ordenen su habitación. Supervise y ayúdelo cuando sea necesario. Se puede optar por premios que no necesariamente deben ser de carácter material, estos pueden ser desde un sticker, un dormir con papá y mamá o un rato más en su juego preferido; al finalizar cada tarea.
Sexto paso: Diversión
El entretenimiento, es lo que nunca debe faltar en la infancia. Dejemos que los niños se diviertan todos los días, pero siempre con supervisión. Se puede asignar una parte del día para que ellos puedan jugar, ya sea solo o con amigos. El hecho de que ellos disfruten de ese momento, ayudará a que desarrollen grandes habilidades. Su imaginación y creatividad se incrementará en cada etapa.
Debemos tener cuidado con los videojuegos, ya que, al jugarlo siempre, podría causarles un grado de adicción y luego se verá afectado su rendimiento académico o no cumplirá con las actividades que deba realizar. Así mismo, al pasar horas frente a una computadora o televisión, presentará problemas de visión conforme pase el tiempo. Para ello, se puede optar por un horario especifico de este tipo de entretenimiento y entablar una grata conversación, explicando las desventajas o daños que esto implica para su desarrollo.
Con estos pasos a tomar, los niños podrán crear rutinas y hábitos en donde lograrán ordenar qué es lo urgente y lo importante. Determinar qué es lo que sigue después, estableciendo dicho orden. El dividir el día en segmentos, asignando un horario para cada actividad; los niños crecerán comprendiendo muchos de los aspectos que nos rodea. En su etapa adolescente y adulta, se les hará mucho más fácil atender sus responsabilidades, sin problema alguno. Como padres, debemos dedicar gran parte de nuestro tiempo para guiarlos y enseñarles lo que es correcto.