La hipertensión arterial es el principal factor de riesgo de enfermedad y mortalidad cardiovascular en el mundo. Por eso prevenirla, diagnosticarla y tratarla desde la infancia, puede ayudar a disminuir su prevalencia en edad adulta. En tal sentido, los niños a partir de los tres años y los adolescentes deberían controlarse la presión arterial al menos una vez al año. El aumento de la obesidad, el sedentarismo y las malas conductas alimentarias, provocan un incremento en los casos de hipertensión arterial en niñas, niños y adolescentes.
La obesidad ha aumentado de manera exponencial en las últimas dos décadas, y en la actualidad afecta en gran porcentaje a niños y jóvenes, de entre 2 y 24 años. El incremento de peso entre la población infantil, se debe de problemas de salud normalmente asociados a la edad adulta, como la hipertensión, las lesiones arterioscleróticas y la diabetes, ya que ahora comienzan a manifestarse cada vez más temprano.
La cuarentena obligatoria que vivimos para poder disminuir el contagio de Covid-19, ha provocado que muchas familias se vean afectadas por la misma rutina dentro de casa, todos los días sin ninguna clase de actividad física.
Según estudios realizados, uno de cada cinco jóvenes sufrirá un evento cardiovascular en su vida. La prevención es fundamental, por eso debemos integrar la actividad física como un hábito diario en su vida, inculcarles la importancia de alimentarse saludablemente desde pequeñitos y combatir el sedentarismo en las actividades lúdicas (televisión-ordenador-celular), son los cimientos para construir unos hábitos cardiosaludables que se prolongarán durante toda su vida.
Cualquier persona puede desarrollar presión arterial alta, pero hay ciertos factores que pueden aumentar su riesgo:
Edad: La presión arterial tiende a aumentar con la edad.
Peso: Las personas que tienen sobrepeso u obesidad tienen más probabilidades de desarrollar presión arterial alta.
Estilo de vida poco saludable: Ciertos hábitos en su estilo de vida pueden aumentar el riesgo de hipertensión, como comer demasiada sal o no consumir suficiente potasio, la falta de ejercicio y otros malos hábitos.
Para prevenir la presión arterial alta, se debe llevar un estilo de vida saludable. Esto significa:
- Comer una dieta saludable, ya que al hacerlo podemos ayudar a controlar su presión arterial, limitando la cantidad de sodio (sal) que se come y aumentar la cantidad de potasio en la dieta. También es muy importante comer alimentos que sean bajos en grasa, así como muchas frutas, verduras y granos enteros.
- Hacer ejercicio regularmente, puede ayudar a mantener un peso saludable y a bajar la presión arterial. Se debe tratar de hacer por lo menos una hora de ejercicio aeróbico de intensidad moderada, o ejercicio aeróbico de alta intensidad durante media hora, tres días a la semana. ¿Sabías que el ejercicio aeróbico, como caminar a paso rápido, es una actividad física en el que tu corazón late más fuerte y respira más oxígeno de lo habitual?
- Aprender a relajarse y manejar el estrés puede mejorar su salud emocional y física, lo que disminuye la presión arterial alta. Las técnicas de manejo del estrés incluyen hacer ejercicio, escuchar música, concentrarse en algo tranquilo o sereno y meditar.}
Si alguien de tu familia tiene presión arterial alta, es importante prevenir que empeore o que cause complicaciones. Se debe recibir atención médica regular y seguir su plan de tratamiento. El plan incluirá recomendaciones de hábitos de vida saludables y posiblemente medicamentos.
Esperamos que toda esta información te sea útil.